El día de hoy les traigo un tema que jamás dejará de ser controversial y complicado en el mundo de las creaciones y oficios manuales, y que creo es momento de dejar salir y exponerlo para que compartamos experiencias. Porque coincidimos en que el valor de las cosas hechas a mano “no tienen precio”, son especiales, dedicadas, personalizadas y un montón de otras características maravillosas que nos llenan de orgullo y gratitud; también está el valor de lo que no mostramos y nos llena de inseguridades, los temores del diseño, las horas de trabajo, ponerle un valor <$> al producto final, etc.
Cuando pensé en publicar este tema en particular lo hice pensando en la gente que he conocido en mi camino de tejedora <camino de aprendizaje> y en las historias que han compartido conmigo, además de mi propia experiencia. Ha sido un proceso de reflexiones y gratificación, pero también de muchas dudas, caídas y vergüenza la mayoría de las veces. Claro, aunque haya decidido tener mi propio Blog y hacer más publico a Yo Crochet, me considero una persona super retraída y siempre, siempre, me da una vergüenza enorme tener conversaciones de “precio” con las personas que me hacen encargos, por ejemplo… ¿Será un precio justo? ¿Lo encontrará muy caro? ¿Tendré que ponerle precio al tiempo invertido?
Así que a raíz de todo esto, y dejando de dar vueltas al asunto, hoy voy a contarles lo que he aprendido del VALOR DE LO HECHO A MANO y cómo de a poco he ido creando mis propias reglas y pautas para hacer de mi hobby algo real.
#REGALAORIGINAL
Creo que en este universo de las manualidades hay algo en lo que todos estamos de acuerdo… siempre lo hecho a mano tendrá un valor agregado porque se hace con dedicación. En otras palabras, significa que buscamos hacer algo especial para una persona en particular, pensando en sus gustos, comodidad, y reacción. Buscamos materiales específicos, dedicamos tiempo de elaboración y esperamos siempre que el resultado sea recibido con el mismo cariño con el que se hizo el producto.
#Regalaoriginal <hashtag no inventado por mi> define este proceso creativo. Cada vez que regalo un tejido o me hacen un pedido personalizado, hay una especie de apego que se genera con el proceso y el resultado. Siempre hay una historia detrás de esa labor y hay un aporte que uno hace a esa historia. A esto yo lo denomino EL VALOR <intangible> DE LO HECHO A MANO.

EL “VALOR”
Después que trabajamos con esmero buscando un buen resultado, el proceso fue positivo, estamos conformes con nuestro trabajo… viene la pregunta que más me ha complicado por muchos años: ¿Qué precio tiene este producto? Porque seamos realistas, y a todos nos ha pasado en cualquier tipo de negocio… el regateo a veces no tiene límites <está bien regatear, es tu opción, pero no seas extrem@ por favor>. Me han pasado historias muy divertidas <y otras no tanto> al respecto y me imagino que a ustedes también… a esto yo le llamo EL VALOR <tangible> DE LO HECHO A MANO.
Creo que el problema principal de la negociación no es el acto en sí mismo, sino en el efecto psicológico que produce en el creador <al menos a mi>, porque realmente entra un cuestionamiento importante, inseguridad, dudas, etc. … si te ha pasado, si aún te pasa y crees que lo mejor es abandonar tu pasión porque no te llevará a ninguna parte, déjame decirte que ¡NO LO HAGAS! No lo hagas. El camino del trabajo <absolutamente en todo trabajo> está lleno de inseguridades, pero la gracia está en no rendirse fácilmente.
HAZ TU PROPIA FÓRMULA
Honestamente nunca creí dar con la fórmula que se acomodara a mi trabajo, siempre mi idea fue avanzar y tejer sin complicarme en las ganancias y pérdidas, pero eso mis queridas, fue el peor pensamiento que pude tener. Hasta mi mamá me decía “hija estas regalando tu trabajo, eso no se hace” <mi mami, mi fan N1, que me pide doble tejido de cada diseño que hago>. Así que tomé cartas en el asunto, y llegué a este razonamiento en términos económicos:
- Materia prima (A): cálculo de la cantidad de gramos, ovillos o metros de material que necesitaré y el precio <$> que tiene todo eso.
- Tiempo (B): cálculo de las horas que me tomará realizar la labor. Es muy diferente hacer un tejido con calma y organización, a uno urgente que no me permitirá dormir.
- Mi trabajo (C): este punto yo lo denomino “el amor propio”, porque detrás de cada labor hay una propuesta, técnica, diseño, y otros.
- Competencia (D): en estos casos es muy bueno mirar para el lado y reconocer el trabajo de otr@s tejedores. Valorar y comparar técnicas, ver precios asociados, y tener un referente.
Una vez que le doy un valor numérico a todos estos puntos, hago la suma A+B+C+D y obtengo un precio que considero razonable para cobrar por el trabajo. Hay que destacar en este proceso, que cada tejido tiene un nivel de dificultad mayor o menor así que eso también lo considero, y con respecto a valorizar el tiempo y el amor propio, eso es absolutamente personal y variará de tejedor a tejedor.
TEN PRESENTE QUE…
1. No sientas vergüenza al momento de cobrar. Una persona que valora el trabajo a mano, sabe lo que esto significa, y por tanto, si está pidiendo un producto tuyo es porque realmente lo quiere y pagará lo que tu consideras justo.
2. Haz tu propia fórmula. Crea tu propio sistema de cobro considerando los puntos anteriores u otros que estimes necesarios. Así te darás cuenta que cada trabajo es particular.
3. No te decepciones. Es posible que existan ocasiones en que sientas que tu trabajo no es valorado, y es normal sentirlo, pero recuerda que la única persona con la capacidad de dar valor intangible y tangible a tu producto eres tú mism@.
4. Persevera y conseguirás. Si no conseguiste un cliente hoy, será mañana. Agradece el proceso, vívelo, valórate y sigue adelante. De esta forma hacemos crecer la cadena del trabajo a mano, apoyamos el comercio menor y local y agrandamos las redes.
¿Tienes tu, tu propia fórmula del Valor de lo Hecho a Mano? Cuéntame como ha sido tu experiencia y cómo has vivido este proceso.
Saludos!
<Yo Crochet>